A punto de cumplir 10 años desde su aprobación, el mecanismo de segunda oportunidad se ha consolidado como una herramienta eficaz para quienes no pueden hacer frente a sus deudas. Pero, ¿es realmente efectiva en la práctica? La respuesta es sí, con matices.
Alta efectividad en la mayoría de los casos
Según la experiencia práctica, en el 95% de los procedimientos considerados viables, la segunda oportunidad funciona de forma eficaz. Esto significa que, cuando el deudor cumple los requisitos y es asesorado correctamente, el perdón judicial de las deudas se concede en la mayoría de los casos, especialmente cuando se trata de deuda bancaria o privada.
¿Qué implica “viable”? Que el caso cumple los requisitos legales y se puede presentar con garantías ante el juzgado.
¿Dónde se concentra el 5% de los casos problemáticos?
Existen tres escenarios donde el mecanismo puede perder eficacia o dilatarse en el tiempo:
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Exceso de deuda pública
Uno de los principales obstáculos es el límite de exoneración de deuda pública. Actualmente, solo se pueden perdonar hasta 10.000 € de deuda con Hacienda y 10.000 € con la Seguridad Social. Todo lo que exceda de esas cifras, incluyendo deudas con ayuntamientos, diputaciones o comunidades autónomas, queda fuera del perdón.
Además, una vez finalizado el procedimiento, las administraciones pueden reactivar embargos sobre las cantidades no exoneradas desde el día siguiente a la resolución judicial.
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Juzgados colapsados
La lentitud de ciertos juzgados mercantiles puede provocar retrasos notables. En sedes como Toledo, Málaga o algunos órganos de Madrid, los procedimientos pueden alargarse más de lo deseado. Un proceso que tarda 12 meses se vive de forma distinta a otro que se prolonga 24 o incluso 36 meses. -
Mala praxis concursal
En algunos casos, los administradores concursales designados para gestionar procedimientos de persona física carecen de la experiencia necesaria o aplican criterios más propios del ámbito empresarial, lo que puede generar conflictos o complicar la operativa diaria del deudor.
La Ley de Segunda Oportunidad es una solución real, eficaz y cada vez más utilizada por particulares y autónomos. Aunque existen excepciones, el sistema funciona y permite empezar de nuevo a quienes atraviesan una situación económica insostenible, sobre todo si cuentan con asesoramiento especializado y su deuda es mayoritariamente privada.
En GRA, te ayudamos a valorar si tu caso es viable y te acompañamos en todo el procedimiento con rigor jurídico y experiencia real. Si necesitas empezar de nuevo, la segunda oportunidad puede ser tu camino.